Una historia muy especial

Un juego de historia interactiva creada en markdown por los estudiantes de primer semestre de la LCC


Project maintained by juliowaissman Hosted on GitHub Pages — Theme by mattgraham

Las voces que Bitecito escuchaba con su respectivos oídos imaginarios, no eran otra cosa sino el alucinamiento que le causaba la falta de energía. Los sonidos se hacían graves y agudos. Zigzagueaban entre estas notas que balbuceaban su NOT(perfeccion).

De la nada, bitecito sintió entrar en las paredes. Veía los ceros detrás de los unos, y los unos detrás de los ceros que le seguían hasta llegar a la memoria RAM. Avanzaba rápidamente por una lengua que daba lugar al hocico de un payaso-sapo con el que había tenido aluciones en la nube. Las paredes que formaban su camino avanzaban con velocidad inversa a la de la lengua y crecían en proporcion a una media doble de entre las dos con forma trapezoide situada sobre su base menor.

Esta situación palnteaba a Bitecito grandes problemas de razonamiento lógico. Veía casi apagada su existencia temporal y también casi encendida. Sin duda, algo que nunca antes había experimentado. Y la cosa se ponía peor, pues empezaba a escuchar tantas voces con ecos sonoros que ocupaban todo el espacio en la memoria, y lo sobre pasaban haciendo más rara la situación. Veía cada pigmento de color frente suyo, por los lados, arriba, por detrás o por debajo cruzaban serpenteantes en propagación hacia el infinito.

Fueron tantas cosas las que le sucedieron al pequeño extraño que le cauzaron grandes conflictos lógicos para razonar. Por ejemplo, estaba un cerdo metido en el fango, ¿qué hace un cerdo metido en el fango? los cerdos no hacen eso, los cerdos deben sonarles las orejas a los cactus; luego, un tiburón estaba en tierra desenterrando un calzón. Todos sabemos que los tiburones le temen a los calzones, porque se cruzan en su vuelo y los privan del buen sentido del jamón. En otra ocasión, divisó una mula partida dominó; y una más ¡vió como una batería no tacaba sus instrumentos! ¡TODO ESTABA DE PATAS ABAJO! veía alas en las ventanas y no en las puertas, zapatos en cajas y no bailando las paredes con las churacachas o rompiendole la boca a un niño malcriado, las “eles” hacían tíldes y las comas se devoraban el espacio entre palabras y oraciones, las oraciones no oraban y las tías no hacían a lagos, te miraban con aire nefasto y con ego en fijación…. podríamos seguir dando ejemplos de lo que bitecito sufrió durante su intoxicación por la huelga de hambre, pero nosotros no somos tan crueles como la persona que escogió éste camino para él (¡¡¡ARREPIENTETE!!!). Terminaremos con decir que pobre Bitecito sobrecalentó su rendimiento hasta explotar en potencia n de diminutos espacios y en miles de reproducciones. Lo bueno es que alguien terminó enhorabuena su partida de solitario.